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lunes, 9 de mayo de 2011

Historia de: La constelación del dragón

 Los dragones rara vez son descritos como seres malvados. 
Así como son temibles y poderosos, también son justos, benévolos y traen buena fortuna. Existen leyendas sobre varios seres inmortales que lucharon contra dragones malignos, pero tales monstruos pertenecen a historias extranjeros. Los dragones deben ser respetados y temidos al igual que los gobernadores honestos.

Por esta razón, el símbolo del dragón es signo de autoridad, y por eso se usa en las togas de los miembros de a familia imperial y de la nobleza. Generalmente se considera que los dragones son acuáticos, viven en lagos, ríos y mares, y mientras mayor sea la extensión del agua, mayor es el poder del dragón. Sin embargo, hay dragones que habitan en los cielos, donde un cuarto del espacio es llamado el ‘Palacio del Dragón Verde’ en referencia a las estrellas que forman la Constelación del Dragón en la astronomía china. La aparición de la constelación anuncia la temporada lluviosa.
Alrededor del 1.800 A. de C., el indicador celestial (la estrella polar) no era la estrella del Norte (Polaris), sino Thuban, una estrella de la constelación conocida como ‘Draco’ o ‘Dragón’. Draco es la octava constelación más grande ya que va desde las puntas de la Dipper (Osa Menor) hasta la brillante Vega. Para el observador actual, no hay una estrella brillante en la configuración. Sin embargo, los pasajes en la gran pirámide de Gizah (Egipto) actuaron tiempo atrás como canales para la luz de la estrella llamada Thuban. Actualmente es sabido que estas pirámides estaban orientadas hacia Orión, y, en el momento de la construcción de la Esfinge, hacia Leo.



Angkor Wat, el gran Templo Budista Khmer, fue construido en alineación con su formación celestial. Sin embargo, en 1.150 D.C., la constelación del Dragón se veía al revés sobre los restos medievales del lugar, pero se encontraron restos edilicios del 10.500 A.C. que reflejaban la constelación con total exactitud.
La transición de un sistema celestial a otro quedó registrada en las mitologías mundiales por los relatos del derrocamiento de los Titanes (Grecia) o de Ashuras (India). Naturalmente, este cambio tuvo que ser justificado, y por eso la Madre celestial serpentina, Tiamat, es considerada por los nuevos seguidores de la deidad Marduk como un monstruo maligno.
El dragón volador cuya morada está en el cielo es reconocido universalmente como símbolo de la cultura china y de su pueblo. Los chinos se refieren a sí mismos como los ‘Descendientes del dragón’.
Se cree que los dragones tienen el poder de transformarse en apuestos humanos para mezclarse con la gente. Por ejemplo, el emperador Hirohito afirmaba descender de la princesa Fruitful Jewel, hija de un rey Dragón. Es esta creencia la que yace en el origen del dragón.

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